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¿Cómo elegir la grifería de nuestro cuarto de baño?

En muchas ocasiones, cuando abordamos la reforma de nuestro cuarto de baño o sustituimos la bañera por un plato de ducha, la elección de la nueva grifería parece menos importante que la de otros elementos y se limita al diseño y la estética. Sin embargo vamos a resumiros algunos factores importantes a tener en cuenta en el cambio.

Las distintas decisiones que podemos considerar al elegir nuestra nueva grifería se pueden agrupar en 2 grandes grupos:

. Ahorro y sostenibilidad (según el Ministerio para la Transición Ecológica el 73% del agua del hogar se consume en el baño).

. Comodidad y confort.

Y los 2 tipos de grifo que podemos encontrar en cualquier baño son el grifo de lavabo y el grifo de ducha. Veamos qué podemos hacer para elegir cada uno de ellos.

La mayoría de los grifos de lavabo son monomandos, es decir, cuentan con una maneta que permite la apertura del grifo tirando de ella hacia arriba y la regulación de la temperatura moviéndola a izquierda o derecha. Entonces, ¿como podemos elegir un buen monomando de lavabo? Teniendo en cuenta las siguientes características:

. Oxigenación. Eligiendo un grifo que disponga de un sistema de mezcla aire/agua que evite salpicaduras y reduzca en hasta un 40% el consumo.

. Apertura en 2 fases. Cuando abrimos el grifo del lavabo solemos hacerlo hasta el tope, de forma que suministra el máximo caudal sin que sea necesario. Los grifos con apertura en 2 fases incorporan un tope intermedio en el recorrido vertical de la palanca que permite un caudal suficiente para los usos habituales y reduce el consumo de agua en un 50%. En caso de necesitar puntualmente más caudal, bastará con ejercer una ligera presión ascendente para disponer del total de la instalación.

. Apertura en frío. ¿Qué solemos hacer al abrir el grifo del lavabo? ¡Exacto! Primero tiramos de la palanca hacia arriba y después la movemos a derecha o izquierda para elegir agua fría o caliente. Lo malo de esa subida inicial en el centro es que supone un gasto de energía y agua caliente innecesario (alrededor del 70% de las veces queremos agua fría), emisiones de CO2, y lo que es peor, puestas en marcha inútiles de nuestra caldera que pueden repercutir en su buen funcionamiento a largo plazo (una familia de 4 miembros en la que cada uno de ellos lleve a cabo ese movimiento 4 veces al día, habrá hecho arrancar su caldera más de 5.800 veces en un año de forma innecesaria). Para evitar esto, podemos elegir un monomando de lavabo con apertura en frío que aporte agua fría en posición central siendo necesario desplazar voluntariamente la maneta hacia la izquierda para obtener agua caliente.

Estos son nuestros consejos para elegir un monomando de lavabo que nos ofrezca el mayor nivel posible de ahorro y confort. La buena noticia es que ¡muchos de nuestros modelos las cumplen todas!

En cuanto a la grifería de ducha son 2 los factores a tener en cuenta en nuestra elección:

. Oxigenación. En el caso de los grifos de ducha debemos optar por equipos con rociadores con sistemas de oxigenación que pueden reducir el consumo hasta en un 30% mientras mejoran el chorro, dando la sensación de un mayor volumen  de agua.

. Grifería termostática. Fabricados con materiales termosensibles que se contraen o expanden en función de la temperatura seleccionada, los grifos termostáticos han visto reducido su precio gracias a los avances tecnológicos y son una alternativa extraordinaria a los monomandos de ducha. Entre sus ventajas podemos destacar que eliminan la fase de ajuste de la temperatura (el agua sale automáticamente a la temperatura preseleccionada) y que permiten cerrar el grifo durante algunas fases de la ducha manteniendo la temperatura uniforme al volver a abrir, ofreciendo un ahorro de agua y energía entre el 30% y el 40% y unos elevadísimos niveles de confort.

Esperamos que nuestros consejos te hayan servido de ayuda a la hora de elegir grifería. Puedes hacernos consultas concretas y trataremos de ayudarte para seleccionar la mejor opción.

Y recuerda cerrar el grifo mientras te lavas las manos, los dientes o te afeitas. Cada minuto con el grifo cerrado puedes ahorrar hasta 12 litros de agua. ¿Imaginas cuánto puede ser a final de año?

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